Inside

 

Tristeza por lo que fue. Dolor por que nunca vuelva a ser. Miedo de que pueda ser alguna vez.

Si mis sueños dicen «no»…

No sé bien porqué pero hoy todo me dice que no. Aunque justo ahora parezca más sí que nunca. Aunque haya una página en blanco con un título que reza Febrero. Aunque los números estén de mi lado porque el 7 me esperanza el porvenir. Pero no. Es imposible. Hoy, sin nada claro que me diga que esto es cierto, pero con todo lo que ya ha sido verdadero riéndose de mí a mis espaldas. Hoy, que la sonrisa debería estar pintada, creo más a lo premonitorio de mi onírico mundo que a las promesas y planes que nos sobrevuelan. Porque hoy sé que será imposible que sea todo como quiero que sea. Porque es imposible que no ocurra lo inevitable pero también es posible que nunca ocurras, y nunca sea, y siempre duela, y siempre vuelvas.

DECEPCIÓN (otra vez)

Tu altura de ciprés hace de mi pecho un cementerio.

My summertime’s heart

En tu noria

No sé si subir otra vez. No sé si alguna vez me llegué a bajar. No sé si es pronto o tarde. Dudas y más dudas cargadas de certezas. Esperas amargas que endulzan las horas. Seguridad en lo incierto de un mar conocido. La playa desierta y seca deseando la subida de la marea. Así soy yo contigo o por ti. Quiero. Espero. Sin miedo. Sin demasiada ilusión. Vivir.
No sé.

Tu nombre

Esos momentos en los que solo deseas gritar su nombre…

Pero no lo haces…

Desenamorarse

Asumir que no te quiere la persona a la que quieres puede ser una de las cosas más duras y difíciles de superar del mundo de los sentimientos. Pero querer a alguien que no te quiere, y a quien no le importas es, cuanto menos, absurdo, y yendo un poco más lejos, enfermizo. Deberíamos tener una especie de resorte que nos hiciera desengancharnos rápidamente de esa persona que no nos quiere o no nos quiere de la manera que queremos que nos quiera. Está claro que todo esto ocurre porque no estamos bien educados en el ámbito afectivo sexual. Si así fuera, desdeñaríamos más pronto que tarde a la persona que nos hace daño de una manera u otra. Mis lectores saben por donde voy, pero, como lectores de este blog que son, saben que no es este el tipo de entradas que hago. Es un espacio para desahogarme sin plantearme si es lícito o no hacerlo, si estoy cayendo en obsesiones a las que no quiero poner fin, si debería tener la madurez y valentía suficientes para decir adiós y vivir una vida sentimental sana y racional.

Iré a buscar mis alas…

Y mientras pienso todo eso, llegan estas fechas, y con ellas los recuerdos del principio del final. Y deseo de nuevo el mismo regalo de cumpleaños, y solo pienso en que todo fue breve, pero fue, y en que no volverá nada a ser como fue. Porque no es lo mismo engañar que dejarte engañar y sé que se acabó, que el futuro lo sé porque ya estuve allí, que no vamos a ser amigos «con los que contar para lo que sea», ni amigos a secas. Porque sé que eres mi obsesión, y sé que no eres nadie pero que has sido más que nadie. Porque ya no te quiero por lo que te quise una vez, sino por lo que nos unió en ese momento, por los vínculos que te concedí, y por estar parte de mi ser en ti.

Si es lo que deseas, no hay más.

Historias inconclusas. Lazos desatados.

Dicen que hay un momento para cada cosa, o que cada cosa tiene su momento. Quizá sea que el nuestro aun no ha llegado.Lo único que sé con certeza es que no hemos tenido una oportunidad de verdad de ser nada, ni de hacer nada de lo que queríamos hacer. No se han dado las condiciones, ya sea por culpa del tiempo o del espacio o de lo que nos rodea.

Y no es justo. Ni para ti ni para mi. Las experiencias vividas deberían hacerme callar y no escribir esto. Debería haber perdido toda esperanza. Pero no sería yo. Aun hay una llamita.

Dije adiós a las mariposas y di la bienvenida a una felicidad desconocida.

Fue demasiada responsabilidad.

Destiempos.

Desencuentros.

Mentiras y  dolor.

Lazos desatados.

¿Habrá un tiempo y un lugar para atar de nuevo ese lazo?

El invierno destruye las flores

Murallas de libros infranqueables…

Calendarios que se multiplican y reduplican en un eterno retorno…

Días oscuros como noches sin luna…

Noches eternas disfrazadas de días y días eternos que son noches, y días días y noches noches…

Tic tacs de relojes y alarmas que resuenan solo en mi cabeza….

Lápices rasgando  papeles y dedos tecleando amor…

Amor que se queda en nada porque nada es lo que se me pidió…

Verdades tan transparentes que te estrellas contra ellas…

Bibliotecas : lugares imposibles para mi…

Flores deshojadas que no llegarán a ver la primavera…

Una casa llena de bichos con alas que me atacan cuando menos me lo espero…

Echar de menos el verano…

Echar de menos la primavera…

Echar  mucho de menos  el verano…

Echar mucho de menos aquella primavera vestida de  verano…

 

 

 

 

 

 

Feliz cumpleaños, príncipe de las mariposas, a pesar de todo

Llegó mi cumpleaños y fuiste el primero en felicitarme (a la vez que Odiseo para ser sincera).

Llegó el día de después y lo celebramos de una manera inolvidable.

Inolvidable en mi memoria e inolvidable porque mi antebrazo marcado me lo recuerda cada día.

Y pensé en tu cumpleaños. Y planeé un bonito regalo. Y luego perdí la cabeza y no nos comprendimos. Y todo explotó.

Iba a ser tu regalo. Iba a hacerlo con mis propias manos. Iba a ser nuestro verano de nuevas experiencias. Iba a ser divertido. Iba a ser precioso. Pero supongo que ya no importa.